MI VOCACIÓN SIEMPRE HABÍA SIDO CUIDAR A LAS PERSONAS, EL REGALO FUE DESCUBRIR QUE PODÍA HACERLO A TRAVÉS DE MIS MANOS.

Antes de comenzar me gustaría decir que mi intención es que esta sea una presentación honesta sobre mi persona y no un simple CV con fechas de inicio y final de estudios o experiencias laborales. Entiendo que puede no encajar con lo que todo el mundo espera, pero al igual que este proyecto que no pretende gustar a todo el mundo, ésto es única y exclusivamente lo que yo soy. 

Mi nombre es Alba y aunque sonaría idílico decir que la estética siempre fue mi sueño, la verdad es que acabé en este mundo totalmente por casualidad. 

Desde pequeña fui una persona creativa interesada por las artes y la música  pero con mucha sensibilidad, empatía y una necesidad innata de ayudar a los demás. Mis primeras opciones fueron las artes y la psicología, pero  al terminar el bachillerato artístico, la vida, como a tantas personas, me llevó por otros caminos. El regalo fue descubrir años después, donde menos lo esperaba, que podía cumplir mi sueño de otra manera; a través de mis manos. 

Terminé mis estudios como esteticista en 2010 y después de varios años trabajando como terapeuta en diferentes centros de SPA & Wellness me gradué como SPA Manager. Ahí empezó la etapa más complicada y al mismo tiempo más enriquecedora de mi vida profesional. Con sólo 23 años estaba al frente de un centro SPA & Wellness referencia en el sector y dos años más tarde, coordinaba todos los centros de Baleares de una multinacional. Por supuesto todo lo que sé a día de hoy se lo debo a estas experiencias pero también aprendí que prefiero la calidad a la cantidad, que no me gustan las prisas y que resueno mejor en proyectos pequeños y personales que creados en serie. 

El amor me trajo de vuelta a Salamanca en 2018 y gracias a eso tengo lo más valioso en mi vida a día de hoy: mi familia. Pero fue al comenzar de nuevo en el mundo de la estética cuando empecé a sentir que ése no era mi sitio, que este sector no encajaba con mis valores y que tenía que haber una manera diferente de hacer las cosas; una manera diferente de tratar a las personas y todo lo que tiene que ver con su belleza, que partiera desde el respeto a la singularidad de cada uno de nosotros y que lejos de intentar igualarnos, nos ayudara a descubrir nuestras virtudes y a convivir con nuestros defectos.

Después de intentar encajar en diferentes proyectos en los que me sentía vacía y de una última experiencia laboral para olvidar, llegué a la conclusión de que la importancia reside no tanto en lo que hacemos sino en cómo lo hacemos y fue en ese momento en el que decidí crear Alma. 

Un espacio en el que poder ofrecer esta visión de la estética respetuosa para aquellas personas que sientan mis mismas inquietudes y que busquen cuidarse desde la libertad de querer hacerlo. 

 

 

-Alba Moro Saura-